miércoles, 6 de enero de 2010



Echo de menos aquella ilusión. Los nervios y no poder dormir, y a la vez levantarse pronto.
La sonrisa de ver a sus majestades subidas en grandes carrozas y entregarles aquella preciada carta. Encontrarse todos los regalos esperando ser abiertos y buscar algún regalo perdido en aquellos pequeños zapatos. ¡Quiero volver a ser aquella niña que creía en el Ratoncito Pére, en los Reyes Magos y demás!


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